Miedo al futuro

Los cambios siempre han sido generadores de debate y de miedo, las sociedades han avanzado e impera un falso discurso en favor del progreso que se revela falso cuando las estructuras tradicionales se desplazan, al mismo tiempo coincide un discurso inepto sobre un futuro desconocido que peca de infantil optimistmo.

En esta ocasión, la amenaza se cierne sobre el periodismo y desde los más apocalípticos se adelanta un futuro en el que el cuarto poder de la prensa se desvanece para dar paso a una lucha comercial entre empresas de internet que ofrece productos informativos cada vez más adaptados al consumidor.

A raíz de este debate surgen vídeos como éste que preven que Google domine el monopolio informativo:

Se trata de un vídeo que lanza una perspectiva excesivamente pesimista sobre el futuro del periodismo, en base al actual despunte que vive el periodismo ciudadano los profesionales se ven amenazados y en lugar de buscar los nuevos retos y posibilidades que se abren desde Internet se limitan a esperar, esgrimiendo críticas, la llegada de un futuro que le pese a quien le pese no van a poder eliminar.

Sin embargo, dejando aparte el punto de vista catastrofista que guía el vídeo; es cierto que señalan problemas reales a los que se enfrenta el periodismo y que parecen desdibujarse en el discurso de la supuesta democratización del conocimiento a través de la red, se olvida que la información no es un producto de consumo que hay que adaptar al consumidor sino una labor social, existen una serie de funciones, responsabilidades y deberes que no se pueden satisfacer ni cubrir con los resultados de una búsqueda en  Google.

Resulta beneficioso por tanto mostrar los límites de la red y desmitificar la supuesta globalización de la información, que como dice el vídeo no es más que un intercambio de banalidades culturales que satisfagan la curiosidad del consumidor y no informaciones contrastadas, contextualizadas e interpretadas, labores que desempeña la prensa y seguirá desempeñando en ese futuro que tanto temen ciertos sectores si se toma la decisión de adaptarse a los nuevos medios y las posibilidades que abren al profesional del periodismo que tendrá nuevos retos y al que se le exigirán nuevos conocimientos pero que no va a desaparecer, sino transformarse.